Cámara

lunes, 15 de agosto de 2011

BOOK

Mi book es con el oficio de ama de casa de los años 50 ya que en ese tiempo era algo muy básico en la mujer y como hacen ese trabajo todas y más que lo exageraban usando ropa que ahorita no la usan o teniendo atuendos peculiares que hicieron caracterizar a la ama de casa, con Fer Rodriguez mi modelo.










MARIA FERNANDA TAMAYO*

miércoles, 3 de agosto de 2011

Retrato *



En el arte, un retrato es la representación de la figura humana (principalmente el rostro), de manera tridimensional, cuando es una escultura, o en dos dimensiones, si es dibujo, pintura o fotografía.
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Se han realizado retratos en el transcurso de la historia del arte, desde los egipcios hasta nuestros días. Se han utilizado todas las técnicas y materiales al alcance de los artistas, llevados a cabo en todas las tendencias y han evolucionado, desde un trabajo minucioso, perfeccionista, meticuloso y objetivo, hasta un dislocado y cubista retrato de Picasso.
Dicho de un modo más simple, un retrato (del latín retractus) es una pintura o efigie principalmente de una persona.
Esta definición de retrato se refiere a la expresión plástica de una persona a imitación de la misma, lo que ocurre en la pintura, la escultura y la fotografía. En un retrato predomina la cara y su expresión. Se pretende mostrar la semejanza, personalidad e incluso el estado de ánimo de la persona. Por esta razón, en fotografía un retrato no es generalmente una simple foto, sino una imagen compuesta de la persona en una posición quieta.
Los retratos cumplen diferentes funciones. En política, los retratos de dirigentes se suelen usar como símbolo del Estado. En la mayoría de los países es habitual en el protocolo que haya un retrato del jefe de Estado en todos los edificios públicos. Si se abusa de este tipo de retratos puede ser un síntoma de culto a la personalidad. Existe también la voluntad de perpetuar el recuerdo de una persona y de crear una imagen histórica suya.



Etimología de la palabra “retrato”
La palabra retrato, como "portrait" o "ritratto", es relativamente moderna. Parece provenir precisamente del Renacimiento, ya que en la Edad Media lo que se entendía por retrato era distinto a lo que entendemos hoy.
Es en el Renacimiento cuando la palabra retrato adquiere su significado moderno. Para ello, hubo de existir un cambio profundo en la concepción del hombre (respecto a la Edad Media).


En el Renacimiento, el hombre vuelve los ojos hacía sí mismo. Deja de mirarse siempre como referido a Dios, para "ver" quien es. En el Renacimiento aparece con singularidad el "yo". La persona, la personalidad, el personaje empiezan a ser maneras de definir al hombre.
La visión de la Edad Media sobre el hombre había hecho que éste fuese siempre referido a una vida ulterior, desde la que se interpretaba y se examinaba su vida individual.


Llegado el Renacimiento, el hombre pasa a ocupar un lugar central en su propia interpretación. Aparece como el centro del mundo y a lo que se va a referir el mundo.
  
Y es aquí donde comienza la perfilarse la semántica de la palabra retrato como imagen de la persona.
Es por ello que en el Renacimiento el retrato adquiere una importancia mayúscula y desde ese momento, el retrato, sobre todo  en la pintura, se ha convertido en el modo de aprehender a la persona.
Sicología, personalidad, belleza, exactitud en la representación..., son claves que han manejado los pintores para hacer evolucionar este género.

La práctica es más antigua que la palabra
Aunque sin darle el sentido etimológico actual a la palabra, el retrato como expresión artística aparece en el siglo V antes de Cristo sobre las monedas de los reyes persas. El uso se expandió sobre todo desde la muerte de Alejandro Magno. Conoció un desarrollo considerable durante la época romana (Ver: Retrato romano).


Durante la Edad Media se siguieron realizando retratos en las monedas. Durante elQuattrocento italiano se hicieron efigies en medallones como monedas. La costumbre de la efigie en medallón fue inaugurada por Pisanello en 1439.
En cierto sentido, el retrato limita las posibilidades creativas del artista, al mantener el parecido con el sujeto del natural: quizá por esto algunos artistas no se adaptaron a practicar el retrato como, por ejemplo, Miguel Ángel.
En realidad, el retrato no es una mera reproducción mecánica de los rasgos (como una máscara de cera modelada sobre el rostro o una impresión fotográfica), sino que entra en juego, para definirse como tal, la sensibilidad del artista, que interpreta los rasgos según su gusto y las características del arte del tiempo en que opera.
Existieron artistas que practicaron ampliamente y de manera casi exclusiva el retrato y civilizaciones enteras que rechazaron el retrato como "figura tomada del natural" (como el arte griego arcaico y clásico).


La fotografía de retratos
Desde el albor de la fotografía la gente ha hecho retratos fotográficos. La popularidad alcanzada por los daguerrotipos a mediados del siglo XIX le vino en gran parte de la demanda de retratos baratos.
Los estudios de fotografía se multiplicaron en las ciudades del mundo, y algunos tiraban más de quinientas placas al día. El estilo de esto trabajos tempranos reflejaba las dificultades técnicas asociadas a tiempos de exposición de treinta segundos, así como la estética de los tiempos.
Los sujetos se solían sentar delante de fondos de color liso, y se iluminaban con la tenue luz de una ventana, o como mucho con lo que se pudiera conseguir a través de espejos.
Los retratos fotográficos son una actividad comercial que florece por todo el mundo. Hay muchas personas que están dispuestos a pagar a un profesional para que le haga un retrato de familia que poder colgar en sus salones, así como las fotos de los grandes sucesos familiares: bodas, graduaciones, o los ritos religiosos de cada cultura como bautizos, primeras comuniones, etc.
Según se desarrollaron las técnicas fotográficas, algunos intrépidos llevaron su talento fuera de los estudios: en los campos de batalla, en la espesura de los bosques o en los océanos. Willian Shew con su Salón de Daguerrotipos, Roger Fenton con sucaravana fotográfica, o Mathes Brady con su carromato What-is-it? (¿esto qué es?) sentaron las bases de los retratos y otras fotografías de exterior.

Tipos de retrato
  
Con la utilización del lenguaje cinematográfico se puede hablar de tipos de retrato según el tipo de plano.
  • Plano entero (PE): también conocido como Plano Figura, encuadra la figura entera del personaje a fotografiar, desde los pies a la cabeza.
  • Tres cuartos o Plano americano (PA): también denominado 3/4 (tres cuartos) o plano medio largo, recorta la figura por la rodilla aproximadamente. Es ideal para encuadrar en la fotografía a varias personas interactuando.
  • Plano medio (PM): recorta el cuerpo en la fotografía a la altura de la cintura. Es la distancia adecuada para mostrar la realidad entre dos sujetos, como en el caso de las entrevistas.
  • Busto o Plano medio corto (PMC): captaría el cuerpo desde la cabeza hasta la mitad del pecho. Este plano nos permite aislar en la fotografía una sola figura dentro de un recuadro, descontextualizándola de su entorno para concentrar en ella la máxima atención.
  • Primer plano (PP): recogería el rostro y los hombros. Este tipo de plano, al igual que el Plano detalle y el Primerísimo primer plano, se corresponde con una distancia íntima, ya que sirve para mostrar confidencia e intimidad respecto al personaje.
  • Primerísimo primer plano (PPP): capta el rostro desde la base del mentón hasta la punta de su cabeza. También dota de gran significado a la imagen.
  • Plano detalle (PD): recoge una pequeña parte de un cuerpo u objeto. En esta parte se concentra la máxima capacidad expresiva, y los gestos se intensifican por la distancia tan mínima entre cámara y sujeto/objeto. Sirve para enfatizar algún elemento de esa realidad.
  • Autorretrato
  • Fotografía

lunes, 11 de julio de 2011

Helmut Newton

Helmut Newton nació en 1920, bajo el signo de escorpio, en Berlín. Su padre era un acomodado fabricante de botones. El joven Helmut cursó estudios elementales hasta que las llamadas 'Leyes de Nuremberg', en plena época nazi, impusieron la separación de los niños judíos del resto de los alemanes. Su padre, a quien no agradaba la idea de su hijo de hacerse fotógrafo, lo envió al colegio norteamericano de Berlín, pero Helmut fue un alumno incorregible, interesado solamente en la natación, las chicas y la fotografía, de modo que pronto dejó el colegio.


Fetichista y llena de 'glamour', así es la trayectoria de este gran fotógrafo de moda y retratista nacido en Berlín en 1920 y nacionalizado australiano. Desde los inicios de su carrera, Newton centró el objetivo de su cámara en el cuerpo femenino y, en marcada clave erótica, lo ha fotografiado a lo largo de toda su carrera hasta la extenuación.

En 1936 fue alumno de la fotógrafa Yva (Else Simon), que más tarde moriría en el campo de concentración de Auschwitz. Después de dos años de aprendizaje con esta gran retratista, Helmut Newton abandonó Berlín en 1938 y se dirigió a Singapur, donde encontró trabajo como reportero gráfico del Singapore Straits Times, del que fue despedido dos meses más tarde. En 1940, Newton arribó a Australia y sirvió cinco años en el ejército australiano como soldado raso.

Después del servicio militar abrió un pequeño estudio fotográfico en Melbourne. En 1948 se casó con la actriz June Brunell (Browne), que a partir de 1970 se dio a conocer como fotógrafa bajo el pseudónimo de Alice Springs e influyó considerablemente en su obra. A partir de mayo de 1961, Newton trabajó intensamente y con regularidad para la edición francesa de Vogue, la revista de moda que a lo largo de 25 años publicaría sus mejores fotos. También trabajó en esa época para las ediciones americanas, italianas y alemanas de Vogue, Linea Italiana, Queen, Nova, Jardin des Modes, Marie Claire y Elle.

El 23 de enero de 2004, Helmut Newton fallecía en un accidente de coche. El fotógrafo perdió el control de su Cadillac se comenta que debido a un ataque al corazón- y se estrelló contra el hotel Chateau Marmont de Hollywood (Los Ángeles), en el que se alojaba.

 

   













RICHARD AVEDON


     

   

Richard Avedon (Nueva York, 15 de mayo de 1923 - San Antonio, Texas, 1 de octubre de 2004) fue un fotógrafo estadounidense.

Reputado fotógrafo de modas y gran retratista, comenzó su carrera profesional en los años 1950 realizando espléndidos trabajos de moda para la revista Harper's Bazaar, donde acabó convirtiéndose en Jefe de Fotografía. Posteriormente, habría de colaborar igualmente con otras revistas como Vogue, Life y Look. Sin duda alguna, fue el gran fotógrafo de la moda durante los años 1960 y 70. En sus trabajos consiguió elevar la fotografía de moda al rango de lo artístico, al conseguir acabar con el mito de que los modelos debían proyectar indiferencia o sumisión. Por el contrario, en sus fotografías los modelos eran personajes libres y creativos en sus gestos dentro de escenarios dinámicos y bajo esquemas compositivos previamente decididos.
En los años 1960, Avedon se reveló como un artista comprometido con las inquietudes sociales de su tiempo. Durante el año de 1963 fotografió el Movimiento por los Derechos Civiles en el sur de los Estados Unidos, colaborando en los siguientes años con James Baldwin en el libro Nothing personal. A finales de los 1960 y principios de los 1970, Avedon realizó reportajes sobre líderes militares y víctimas en la Guerra de Vietnam y manifestaciones anti-guerra en los Estados Unidos para el diario New York Times. En la Navidad de 1989-1990 marchó a Alemania para documentar una ciudad dividida en dos mundos diferentes la noche en que caía el Muro de Berlín.
Sus retratos, aparentemente sencillos pero profundamente psicológicos, de personalidades famosas y desconocidas posando frente a un inmaculado fondo blanco, muestran a un cuidadoso fotógrafo capaz de plasmar en papel fotográfico rasgos inesperados de los rostros de personajes de la envergadura de Truman Capote, Henry Miller, Humphrey Bogart o Marilyn Monroe, entre muchos otros. Su método era sencillo pero efectivo, la derrota anímica del contrario fotografiado a través de largas y cansadas sesiones de hasta cuatro horas. Así desnudo, el retratado e indefenso era capaz de mostrar su personalidad más sincera.
En el año 1979 comenzó el que habría de convertirse en uno de sus trabajos más importantes. Por encargo del Museo Amon Carter, de Fort Worth, Texas, Avedon dedicó cinco años a recorrer el oeste de los Estados Unidos para documentar a las personas que nunca escribirían la historia de su país. En esta obra, titulada In the american west, nos presenta a granjeros, mineros, vagabundos, prostitutas, amas de casa, presos, vaqueros de rodeo o empleados de pequeñas oficinas, etc. en fotografías de gran formato tomadas con luz de día, al aire libre y como siempre, ante un fondo blanco. Nada hay en ellos del sueño americano o de la tierra prometida, pero son retratos de individuos que han sido observados y artísticamente elevados por la cámara de Avedon mediante una composición sobria, logrando así una considerable fuerza expresiva.
Al término del proyecto, Avedon había recorrido un total de 189 poblaciones en 17 estados; había fotografiado a 752 personas utilizando alrededor de 17.000 placas de película. De ésta colección, escogió 123 retratos que conformarían la serie In the american west 1979 – 1984.
Además del gran formato utilizado para sus fotografías de moda o retratos, desarrolló una obra en paralelo, utilizando el paso universal, que refleja sus vivencias más personales, como viajes o recuerdos familiares.
Algo muy profundo subyace a lo largo de toda la obra de Avedon y, sin embargo, no siempre se ha acertado a concretar en los trabajos realizados en torno a su figura. Es una preocupación sincera, pero a veces elegantemente obsesiva. El tiempo, la vejez y sus tensiones, resulta ser el motivo fundamental en la obra de Avedon. Vemos en su arte cómo nos habla directamente del paso del tiempo y su influencia en el ser humano, y, cómo no, del camino hacia la muerte. Son esos retratos descontextualizados que aparecen ante la cámara sin maquillaje, fatigados o tristes, tal y como se encontraban en ese momento, los que claramente denotan esta inquietud. El final de su libro Portraits (1976), por ejemplo, culmina de forma tremenda pero magistralmente tratada con una serie de siete fotografías de su padre envejeciendo gradualmente hasta que parece haberse integrado en la luz que le rodea.
El 25 de septiembre de 2004 Avedon sufrió una hemorragia cerebral en San Antonio, Texas, mientras se encontraba en una sesión fotográfica para un proyecto encargado por la revista The New Yorker, el cual se titulaba «On democracy», y se enfocaba en el proceso electoral del 2004 en los Estados Unidos; se trataba de retratos de candidatos, delegados de las convenciones nacionales, entre otros involucrados en el tema. Murió en la misma ciudad el 1 de octubre de ese año a consecuencia de las complicaciones médicas.
En el año 1991 recibió el Premio internacional de la fundación Hasselblad




Joseph Koudelka

Josef Koudelka nace el diez de enero de 1938 en la región de Moravia, Checoslovaquia. Se interesa por la fotografía a los doce años gracias a un tal Sr. Dycka, panadero de oficio, fotógrafo aficionado y amigo de su padre. Sus primeras fotografías son de su entorno familiar y para realizarlas se vale de una cámara de baquelita 6 x 6. En 1956 se traslada a Praga para comenzar la carrera de ingeniería aeronáutica. Durante los años de estudios conoce al fotógrafo Jiri Jenicek, quien le anima a reunir una serie de fotografía para realizar su primera exposición, que tuvo lugar en (mes) de 1961 en el Teatro Semafor de Praga. Durante la inauguración conoce a Anna Fárová, amiga y colaboradora a lo largo de toda su vida.
Durante los años sesenta compagina su trabajo de ingeniero en Praga y Bratislava con la fotografía, que cada vez le ocupa más tiempo. Así, colabora esporádicamente con la revista Divadlo (teatro) y su interés por la música tradicional y de los rroma le lleva a hacer de los gitanos su principal sujeto fotográfico.
En 1965 es invitado por el director del Divadlo za branou (Teatro tras el puente) a fotografiar espectáculos teatrales. Y junto a Marieta Luskacová emprende varios viajes por el este de Eslovaquia con el fin de fotografiar celebraciones religiosas.
En 1966 se publica el primer libro de fotografías de Koudelka, que recoge la serie de la obra de Alfred Jarry Ubu Rey, que había sido puesta en escena por Jan Grossman.
En 1967 decide abandonar su trabajo como ingeniero para dedicarse exclusivamente a la fotografía. En ese momento se inscribe en la Unión de Artistas Checoslovacos y recibe el premio anual de la asociación por “la originalidad y calidad de sus fotografías de teatro”.
Expone por primera vez las fotografías de gitanos tomadas en 1961 y 1967 bajo el rótulo de Cikáni. Al año siguiente viaja a Rumanía para continuar su proyecto sobre estilo de vida de los gitanos y regresa a Praga un día antes de que comience la invasión de Checoslovaquia por parte de las tropas del Pacto de Varsovia. A lo largo de los días siguientes fotografía el enfrentamiento entre soviéticos y checoslovacos. Estas fotografías saldrán de Checoslovaquia en 1969 por mediación de Anna Fárová y serán distribuidas por la Agencia Magnum, entonces presidida por Elliott Erwitt, a las revistas y periódicos de mayor relevancia internacional (Look, The Sunday Times Magazine y Época) sin que se mencione el nombre de su autor para protegerle de posibles represalias. Este relato visual “de un fotógrafo checo” le valdrá el Premio Robert Capa del Overseas Press Club.
En 1970 abandona Checoslovaquia con un visado de tres meses para continuar fotografiando gitanos, en esta ocasión, en el oeste de Europa. Al caducar el visado decide no regresar a su país, convirtiéndose desde ese momento en apátrida. Hasta 1980, gracias al asilo político de Inglaterra, fija su residencia en Londres y se dedica a recorrer diversos países europeos fotografiando celebraciones populares, escenas cotidianas y gitanos.
En 1971, Elliott Erwitt le propone unirse a la cooperativa Mágnum Photos y Koudelka acepta ser miembro asociado. Es entonces cuando conoce a Henri Cartier-Bresson y al editor y fotógrafo Robert Delpire, con quienes mantendrá una relación muy cercana. Koudelka reconoce que trabajando con Robert Delpire aprendió de fotografía más que nunca en su vida y que éste es la persona que mejor conoce su obra, a lo que ayuda el hecho de que sea el editor de la mayor parte de los libros de Koudelka.
El Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York (MoMA) rinde homenaje al fotógrafo organizando una exposición individual con el título de Josef Koudelka. Y en ese mismo año, 1975, Robert Delpire publica en París el libro Gitans: la Fin du Voyage (Gitanos: el final del viaje), que recibirá el Premio Nadar tres años más tarde.
En 1980 abandona Inglaterra para instalarse en Francia, pero hasta el año 1987 no se naturaliza francés.
En 1986 es invitado por la Mission Photografique de la DATAR a formar parte, junto a otros fotógrafos, de un proyecto cuyo objetivo es documentar la diversidad de paisajes, tanto urbanos como rurales, de Francia. Tras probar a hacer fotografías en París, Normandía y Bretaña, se decide por la región de Lorena, donde la reestructuración de la industria metalúrgica estaba produciendo grandes cambios en el terreno. Con esta experiencia comenzará a emplear sistemáticamente cámaras panorámicas, pues ya realizaba fotografía panorámicas desde 1958.
Hasta hoy en día, Josef Koudelka ha recibido prestigiosos galardones en reconocimiento a su labor, como el Premio Cartier-Bresson, la Medalla de la Royal Photographic Society o el Premio de la Hasselblad Foundation Photography y ha sido nombrado Caballero de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura Francés.



 





Michiko kOn

 

 

Michiko KoN Nace en Japón en 1955 estudia arte en foto
vive cerca de el mercado de los pescados

Con la foto solo tien sentido el arte, l7uego se deshace.

*Cámara grande
*Tensión en su trabajo
*Fondo negro y blanco

Sugimoto

Hiroshi Sugimoto (杉本博司 Sugimoto Hiroshi?), nacido en 1948, es un fotógrafo japonés radicado en Nueva York.
Sugimoto comenzó su trabajo con "Dioramas" en 1976, continuó con "Portraits" en 1999.
Su fotografía "Boden Sea" ha sido elegida por U2 para que sea portada de su disco No Line on the Horizon.
Su obra aparece con frecuencia como series y su estilo se puede considerar minimalista y conceptual.[1]



















DUANE MICHALS

Duane Michals,es un fotografo americano que acredita su fama y su singular mirada a la falta de educación formal como fotógrafo, un autodidacta, es uno de los máximos exponentes de la fotografía conceptual y filosófica.
De hecho, casi siempre sus imágenes se construyen como una reflexión metafísica sobre la condición humana, el sexo, el humor o la violencia, para la que se sirve de su propio cuerpo y su rostro. Sus comienzos revelan la gran influencia de Atget en la fotografía norteamericana con escenarios recurrentes como los restaurantes, salas de espera o recepciones de hotel, pero en 1966 comienza a hacerse con un estilo propio y único a través de la técnica de la secuenciación: una sucesión de fotografías como forma de contar historias con, incluso, un desarrollo temporal. Una técnica que perfiló aún más en sus trabajos a mediados de la década de los 70 al incluir pequeños manuscritos en las copias para reforzar su significado. 
En el PhotoEspaña 2001, cuarta edicion, ha sido reconocido con el galardón más importante de este Festival Internacional, por su "vocación indagatoria" del alma humana y su "raigambre existencia".
Este premio tiene como objetivo galardonar a autores internacionales que han asentado las bases de la fotografía y han marcado un antes y un después en este arte como Josef Koudelka. Duane Michals siente tanta pasión por los cuentos como por el cine. Siente un gran entusiasmo por Borges y por Truffaut, por un mundo, en definitiva, en el que lo importante es la idea, no la imagen.
Nacido en Mckeesport, Pensilvania EEUU en 1932, Duane Michals propone una estetica que coquetea con el surrealismo de Magritte, con un universo que se sitúa en la frontera entre la realidad y la ficción. "Me gusta la ironía", afirma Michals, quien a sus 69 años conserva un envidiable sentido del humor. En su próxima exposición, que se inaugurará el próximo otoño en Nueva York, ridiculizará, según dice, a todos sus colegas más pretenciosos. "Los artistas de hoy, que tienen ideas de una envergadura muy corta, necesitan grandes formatos para simular que están haciendo algo interesante. Los que tienen ideas brillantes pueden trabajar perfectamente en formatos reducidos porque sus ideas relucirán con intensidad.  
Vivimos en una sociedad completamente estúpida, donde se valora más la imagen que la idea", explica Michals. El destino metalúrgico depositó en Pennsylvania a su padre acerero y a su madre asistenta doméstica, por lo que su interés por el arte sorprendió a propios y extraños de una comunidad de emigrantes checos de clase media. A los 14 años Duane Michals tuvo claro que ni el acero ni la limpieza serían el destino de su existencia, y a los 17 pasó semanas ahorrando para comprarse su primer libro de poesía. Hojas de hierba de Walt Whitman. En 1953 se graduó en Bellas Artes en la Universidad de Denver y después pasó dos infernales años como teniente de la armada. Al salir de allí se dirigió a Nueva York con la intención de convertirse en diseñador estudiando en la Escuela de Diseño Parsons, estudios que abandonó un año después para dedicarse a varios trabajos publicitarios que se le presentaron en Madmoiselle, Esquire y un puesto de diseñador en la revista Time.
En 1958, un viaje de tres semanas por la Unión Soviética y una cámara prestada como acompañante cambiaron a Duane Michals para siempre. Fue ésta, tras la de Whitman, la segunda y definitiva revelación que desembocaría en el futuro de la emoción fotográfica que hasta hoy ha desarrollado este fotógrafo que es hoy considerado como uno de los más importantes artistas de este arte de todo el siglo XX. las primeras series que realizo, como anteriormente se nombro, fueron influenciadas por el trabajo de Atget, con vistas de restaurantes, salas de espera y vestibulos, a las que dio el nombre de"Empty New York". Para poder fotografiar y explorar a través de la fotografía las facetas de sus muy personales emociones, Michals tenía que ganarse la vida haciendo fotografía comercial. Duane ha fotografiado todo, o casi todo. Desde portadas para la revista Life; desplegables de moda para Vogue; reportajes anuales para el New York Times, hasta campañas de publicidad para Gap y Microsoft. Incluso se aventuró en la fotografía y diseño la portada del album Synchronicity de The Police.
  
Fabrica la realidad antes de mostrarla subjetivamente Cuando Michals toma la cámara para dejar la publicidad de lado, se apodera de él el impulso de la intriga, y la inspiración para hacer de la fotografía la visión de sus sueños, temores y deseos. Empleando la técnica de la doble y triple exposición, y escribiendo textos o pintando directamente sobre el papel fotográfico. Michals consigue un estilo entre lo surreal y lo cinemático. No en vano, tiene entre sus ídolos y fuentes de inspiración a Magritte, De Chirico y Balthus, a quienes se ha encargado también de inmortalizar con gelatinas de plata. Fue muy criticado en los 70 por demostrar que la fotografia era un medio para fijar relatos muy interiores en vez de objetos bellos. Su serie Sequences de finales de los sesenta y principios de los setenta contiene dos de sus aportes más reconocidos e importantes a la fotografía. Es un trabajo con secuencias de imágenes (entre 5 y 15 por obra).
 
Es un esfuerzo experimental para contar una historia en la que la realidad nunca está presente, siempre va arrastrada por el tiempo. El resultado son obras enigmáticas, casi ilustraciones de fantasías oníricas donde el tiempo, insertado entre los lapsos de las secuencias, recubre de incertidumbre el sentido de su sucesión. Esto, y la inclusión de textos y pintura, supuso no sólo su consagración como autor sino que se convirtió en punto de referencia obligado al hablar de la capacidad narrativa de la fotografía. "Quien ve mis fotos ve mis pensamientos" es una declaración de principios por parte de Michals pero también una sutil llamada a la complicidad con el espectador.
Con la sucesión de imágenes que constituyen una secuencia, Michals consigue desarrollar discursos sobre todo metafísicos, apoyándose en escenarios desnudos. A quienes le han acusado de servirse de esta técnica para desfogarse de su deseo de hacer cine, Michals les responde que las fotosecuencias son al cine lo que la poesía a la novela: una sintaxis completamente diferente. Su trabajo ademas de ser influenciado por el surrealismo tambien fue por el budismo Zen. A René Magritte lo fotografio varias veces. Fue una serie realizada en una visita de varios días a su estudio en Bélgica. La incisiva mirada de Michals penetra en el ámbito privado del famoso pintor dando como resultado una extraordinaria sintonía visual con el universo personal y simbólico de Magritte. Sus imágenes tratan de fantasias eroticas, humoristicas, muchas veces violentas,de ocurrencia espontánea, utilizaba luz natural y muy poco equipo tecnico. En ocasiones sus imágenes son borrosas que insinuan historias fantasmales, espiritualidad, enfatizaban lo oculto, lo misterioso.
 
"La realidad no me interesa en absoluto. Prefiero vivir en un mundo irreal, me parece más estimulante. Nunca me ha interesado la calle, no creo que ahí afuera ocurra nada interesante. Al contrario que otros colegas, yo no me he paseado jamás con la cámara a cuestas para captar una instantánea. A mí, sobre todo, me interesan las emociones y los sueños. Lo que pasa en la calle actualmente es demasiado estúpido como para prestarle atención".